Es el mismo caso que el de Lindsay Lohan, con la diferencia de que no hay tanto interés de por medio (eso creo). Porque Britney Spears continuará bajo la custodia de su padre Jamie Spears. Recordemos que la cantante invadió los medios en el 2007 por todos sus problemas: perdió la custodia de sus hijos, andaba por la vida hecha una piltrafa, consumía alcohol, drogas, sin olvidar su trastorno bipolar y las entradas y salidas del centro de rehabilitación.
En el 2008 una jueza de Los Angeles le otorgó la custodia al padre de la cantante, el cual la estuvo “cuidando” desde entonces. Y déjenme decirles que parece haber hecho un buen trabajo. Hoy Britney goza de buena salud, tiene cabello, sacó su propia fragancia y su línea de ropa e incluso apareció en Glee, la serie de televisión de comedia musical más importante del momento.
La sentencia de custodia fue puesta hace dos años, y desde entonces tenemos una Britney renovada. Lo único que me pregunto yo es si hacía falta que una jueza dictaminara esto, para que el padre hiciera su trabajo de padre. Por supuesto que la cantante ya es mayor de edad, pero si vamos al caso, desde que era estrella en Disney que se viene portando como “adulta”. Bien podría haberla cuidado de pequeña y no explotarla como lo hicieron en aquel momento. Pero nunca es tarde para reivindicarse.