Lindsay Lohan no llega a fin de mes

Está en problemas y en problemas serio esta chica, ¿eh? Lindsay Lohan no recibe ofertas de trabajo ni en el mundo del cine ni en el de las series de televisión y cada vez tiene más problemas para pagar la hipoteca de su casa de Los Ángeles. Y cualquiera pensaría: ahhh amiga, es lo que tiene estar en crisis, que a todos nos afecta por igual. Pues no señora. Lindsay Lohan no lo atribuye a la crisis económica, ni a que su errático comportamiento haya menoscabado su nombre, sino a los medios de comunicación que han trasgiversado su imagen y a los “fans enfermos“.

Y al parecer los problemas económicos de Lindsay no son minuteces. Lleva sin trabajar desde 2007 cuando se estrenó en la gran pantalla “Sé quién me mató”, que además de no contar con mucho presupuesto, fue un fracaso en taquilla.

¿Y como vive ahora? Pues pese a que le cueste, vive como una mantenida.

Samantha Ronson se estará sacando sus pelillas como Dj y con eso es con lo que consigue tirar hacia adelante en la vida. Ella reconoce que nunca anduvo sobrada de pelas pero, la verdad, a día de hoy teme por poder llegar a fin de mes.

Pero ella dice que los problemas no son las drogas, su imagen de loca, que hace poco estuviese en búsqueda y captura, que siempre que salga la líe, que no vale como actriz, que…¿sigo? Pues no, no es por nada de eso. La culpa la tienen los medios de comunicación, y no solo la prensa rosa, porque han dado de ella una imagen de malcriada, desagradecida y poco profesional, lo que ha estropeado su carrera en Hollywood, que empezó con “Tú a Londres y Yo a California“:

“He cambiado. Si la gente simplemente deja en paz mi vida personal entonces podría llegar a un buen papel. Soy una buena persona y tengo un buen corazón y sólo quiero trabajar.”

Pues será verdad Lindsay pero, chica, habértelo pensado mejor cuando te dedicabas a desfasar noche sí y noche también y a aparecer continuamente en los medios de comunicación. Ahí es cuando tenías que haberte dado cuenta de que igual el día de mañana todo esto iba a pasarte factura y ahora te encuentras como Pedro y el Lobo: nadie te cree. Es duro pero, sí, te lo mereces.